jueves, 31 de marzo de 2011

PIXMANIA. OPINIÓN

Siempre está bien conocer la opinión de otros antes de comprar en una página web aunque sea tan conocida como Pixmanía.
Yo voy a dar la mía porque aunque mi experiencia no fue del todo mala sí que tuvieron lugar una serie de hechos que pusieron mi opinión en contra de Pixmanía.

Hace poco adquirí un objetivo Tamron gran angular (10-24mm) en Pixmanía. El objetivo me gusta, no tiene ningún de efecto y Pixmanía cumplió con su plazo de entrega e incluso se adelantó un poco. Sólo tardaron dos días en entregarme el objetivo. Hasta aquí todo en orden, ¿no? Parece que Pixmanía tiene un buen nivel de servicio y una capacidad logística impresionante. Y en realidad no deja de ser cierto. El problema con Pixmanía, los detalles que no me gustaron vinieron antes. Veámoslo.

La mecánica de compra en Pixmanía es bastante similar a la que viene siendo habitual en otras tiendas de la web. Te registras, das una dirección de correo, una contraseña e inicias el proceso de compra. Eliges lo que quieres comprar, lo añades al carrito de la compra y pinchas en "Hacer mi pedido". La tienda de Pixmanía es bastante usable así que todo esto no requiere una especial habilidad.

El primer problema viene ahora. Tras elegir el método de envío, Pixmanía, amablemente, para que no tengas que esforzarte ha añadido a tu pedido dos cosas. El contrato de compra tranquila y la tarjeta VIPx. ¿Para qué sirven estas cosas? Obviamente para que seas un VIP tranquilo. ¿Por qué lo añade Pixmanía a mi pedido sin pedirme permiso? Porque le sale de los cojones. O dicho de otro modo, porque si no prestas la suficiente atención igual te roban cobran unos eurillos así, por la cara.
Naturalmente puedes quitar estos productos que no has pedido de tu pedido. Probablemente no entiendas porque tienes que quitar de tu pedido cosas que no has pedido pero Pixmanía seguramente sí. El caso es que hay un enlace minúsculo entre paréntesis (¡ni siquiera es un botón!) que apenas se ve que te permite, normalmente, quitar de tu pedido las cosas que no has pedido. Normalemente porque en mi caso no funcionó. Evidentemente empecé a indignarme y el vapor de agua empezó a brotar de mis orejas pero no me gusta poner verde a nadie sin razones así que antes de llamar a atención al cliente probé la página en Internet Explorer, en Firefox y en Google Chrome. Por si las moscas, oiga, pero nada.

Por supuesto, cuando llamé al servicio técnico de Pixmanía estaba ya bien calentito. Me atiende un señor al que llamaremos, por identificarle de algún modo, señor Gilipollas que me indica que lo estoy haciendo mal y que existe un botón (¡No es un botón!) para quitar de mi pedido todos los productos que no haya pedido. Le hago ver que no funciona pero el señor gilipollas se empeña en que sí funciona y en que pruebe en otro navegador. Y yo me pregunto, ¿cómo puede saber el señor Gilipollas lo que funciona o no funciona en mi ordenador usando únicamente un teléfono? Efectivamente, porque es gilipollas. Los gilipollas tienen este tipo de dones, como saber lo que pasa en tu ordenador por teléfono y conseguir que no vuelvas a comprar en la tienda web para la que trabajan.

En fin, que finalmente el amable señor Gilipollas consigue eliminar de mi pedido las cosas que yo no había pedido. Y después de ello me pide para finalizar mi pedido... ¡Tachán....!... ¡MI CONTRASEÑA! ¡Mi contraseña completa! ¡JODER! ¿Ese es el concepto de la seguridad que tienen en Pixmanía? Un señor que ya sabe mi dirección de correo me pide la contraseña. ¿Y si se me ha ocurrido poner la misma que para el correo? Hay que joderse, de verdad.. ¿Por qué la gente se pasa la seguridad informática por el forro? Afortunadamente yo había puesto una contraseña de pega que se me ocurrió en el momento y si no fuera así no se la hubiera dado. Pero es que si llega a ser mi padre o mi tía o cualquier persona con poca cultura informática se la da. Si este es el concepto de la seguridad que tienen en Pixmanía ¿cómo puedo confiar entonces en que tienen la suficiente seguridad para que mis datos personales estén protegidos? ¿Como pueden tener mínimas garantías de que no me los van a robar si el señor Gilipollas me los pide por la cara? ¿Cómo van a proteger mis datos de terceras empresas ávidas de darme la lata? ¿Cómo van a proteger tu intimidad?

No te preocupes. Tengo la respuesta. En Pixmanía les importa un huevo tu intimidad. No van a vender tus datos, no. Eso es ilegal. Se van a vender ellos. Que quieres vender, por ejemplo, algo tan relacionado con Pixmanía como un seguro de vida. No pasa nada. Se lo pides a Pixmanía y Pixmanía llama a todos sus clientes y les ofrece el puto seguro. Real como la vida misma. Hablo por experiencia.  En fin, si siguen llamándome para ofrecer gilipolleces tendré que empezar a emplear mi infalible táctica disuasoria contra el marketing telefónico que explicaré dentro de poco.

No sé como resumir mis sentimientos hacia esta tienda, la verdad. El objetivo está muy bien, fueron muy rápidos pero la próxima vez va a comprar en Pixmanía Rita la cantaora.


Logo de Pixmanía. Si ves esta imagen en una tienda vete a otra.

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miércoles, 30 de marzo de 2011

ESPERANZA AGUIRRE PODRÍA CAMBIAR DE SEXO

Son sospechas oiga. No tengo ninguna certeza pero la posibilidad está ahí. Usted pensará que esto no es información y que me baso en la nada. No es cierto. Me baso en el más puro razonamiento. Observe.

Últimamente habrá usted oído discutir a hijos de puta políticos de todos los partidos sobre el llamado copago sanitario

A primera vista, en Madrid podríamos estar tranquilos. Según la propia Esperanza Aguirre: "En Madrid no habrá copago mientras yo sea presidenta".

A mi no me cabe duda de que cumplirá su promesa. Fíjense que ya prometió que dimitiría si la lista de espera quirúrgica era superior a un mes y lo cumplió. Tuvo que falsificar lista de espera quirúrgica, sí, pero ahora es de menos de un mes. Eso es así. Si van a tardar más de un mes de ponen en la lista de espera para la lista de espera quirúrgica que puede parecer los mismo pero no lo es.

En base a estos precedentes me atrevo a afirmar que no es imposible que se establezca el copago sanitario en Madrid aunque, eso sí, existe una lista reducida de posibilidades para que esto se lleve a cabo:
  • Que gane el PSOE u otro partido. Sí, claro...
  • Que Esperanza Aguirre dimita. (Risas)
  • Que Esperanza Aguirre deje de ser presidenta para convertirse en presidente de la comunidad de Madrid. No se me ocurren más opciones. Suena a coña pero si se fijan esta opción es bastante más probable que las dos anteriores.
CQD(*). Vista la insistencia de Esperanza Aguirre en cumplir sus promesas no es totalmente descartable que esta mujer cambie de sexo en el futuro.

Foto de Esperanza Aguirre en el preciso momento en que se le ocurrió la brillante idea
Lo dejo ya. Otro día aprovecharé para escribir otra gilipollez o para comentar que el copago entre los ciudadanos y la administración es imposible porque ya lo pagamos todo los ciudadanos.

(*)CQD no es un programa de televisión. Significa: "como queda demostrado".

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jueves, 3 de marzo de 2011

EL CASO DE JOHN GALIANO

Últimamente me parace que no sabemos diferenciar entre un genio y un payaso.

Esta reflexión me viene a la mente al hilo del último escándalo de John Galiano. Al parecer, ver a Galiano borracho, insultando a una señora y a sus acompañantes en un restaurante todo ello aderezado con una "Amo a Hitler" parece haber sumido al mundo de la moda en una vorágine de sorpresa y estupor.

Y yo no lo entiendo. No me cabe en la cabeza que la gente se sorprenda. No hay más que ver una foto cualquiera de John Galiano para darse cuenta de que es un payaso. ¿Entonces por qué nos sorprende que haga payasadas? Veamos un ejemplo:

Johm Galiano dejando patente que es un payaso
¿Obvio, no? Un payaso. El problema es que en muchos ambientes a esto se le llama genialidad. Un tío con la capacidad de reírse en tu cara diciéndote que lo que lleva es moda y al que todo el mundo le ríe la gracia. Hasta que alguien se grita que va desnudo, claro, el mundo se da cuenta de que es un payaso y se sorprende. Pero no hay que sorprenderse de que Galiano sea un payaso, sino de la capacidad de la sociedad en general para confundir genios con payasos. 

¿Qué va a ser lo próximo? Nos vamos a sorprender de que Karl Lagerlfeld nos diga que su arte le viene como herencia de sus padres marcianos. ¿Realmente hay que darle bombo a que Karl Lagerfeld piense que las mujeres que usan más de una 38 están gordas y deberían ponerse a dieta? ¡No! No hay que sorprenderse. Sólo hay que mirar una foto.

Karl Lagerfeld haciendo el memo con una cosa dorada
Es obvio que esta persona, además de ser un hortera de cojones, no puede decir nada que no sean gilipolleces. Pero claro, si insitimos en pensar que es un genio porque se pone un orinal como cuello de camisa luego nos llevaremos sorpresas. 

Veamos algunos ejemplos para evitar estas confusiones. Un genio es esto:

Marie Curie, Coco Chanel y Albert Einstein, grandes genios en distintos ámbitos
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