Rebuscando entre los excasos legajos del archivo secreto vaticano a los que me han dejado acceder me he encontrado con unos versículos que explican que el Génesis no tuvo lugar como se pensaba hasta ahora. ¿Hágase la luz? ¿Y en el séptimo día descanso? Memeces. La versión real de lo que sucedió, al parecer, es esta:
- En el primer día, Dios hizo al hombre y a la mujer, o a la mujer y al hombre, para no ser machistas. Y como se aburrían mucho porque, por más que se empeñaron, Dios no quiso explicarles lo del sexo les dijo: "Id a los talleres y aprended". Y el hombre y la mujer fueron a los talleres y aprendieron. Mucho. Y se lo pasaron bastante bien, por cierto.
- En el segundo día, Dios creó la poesía, el humor, los malabares y las narices de payaso y el hombre y la mujer, que no entendían nada, preguntaron: "Señor, Padre, ¿qué hacemos con esto?". Y Dios les dijo: "Haced lo que os dé la gana". Y nacieron los chous.
- En el tercer día, Dios dijo: "Andad por las colinas sin rumbo, quemad los tiestos que veáis, sanad a los peces y, ante todo, no hagáis vuestras necesidades entre dos coches. ¡Ah! Y adorad a todos los santos que veáis y celebrad su existencia". Y nacieron los San Telekos.
- En el cuarto día, Dios creó a los árbitros y les dijo, por supuesto, con voz profunda: "Arbitrad". Y después cogió a los hombres y a las mujeres y los juntó y les cambió de ropa y los vistió de colores y las mujeres y los hombres, alegres, le preguntaron: "¿Nos vas a explicar ya lo del sexo?". Y Dios dijo: "No. Os daré algo mejor". Alguna vez se tenía que equivocar, ¿no?. Y después dijo: "Hágase la impro...". Y no salió mal del todo. Aunque como lo del sexo no es, desde luego.
- En el quinto día, Dios dio el raciocinio al hombre y el libre albedrío. Y el hombre dijo: "Hoy no actúo". Y la mujer dijo: "Yo tampoco". Y llamaron a otros para que actuaran porque lo hacían mejor que ellos y grande es la palabra del Señor, Amén.
- En el sexto día, Dios, sabio y todopoderoso dijo: "Ya va siendo hora de terminar con esto, ¿no?". Y los junto a todos en un jubileo máximo y las gentes saltaron y patinaron en pelotas y además hicieron la gran gala final y luego Dios, en su inmensa sabiduría, creó la jarana y todos se fueron de hasta que no pudieron más.
- En el séptimo día Dios no podía ni hablar. Y no digamos los hombres y las mujeres, que tenían un resacón de pelotas. Y descansaron. Eso sí es verdad. Descansaron.
1 comentario:
Ha sido genial!!
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