martes, 17 de junio de 2008

POBRECITOS

La verdad es esta situación de "crisis" o lo que sea que está atravesando nuestro país (y el resto del mundo) últimamente amenaza con llevarme a la depresión. No. No es que mi situación sea especialmente mala. Supongo que es como la de la mayoría de la gente. Lo que me lleva sin freno a la depresión es la desdichada situación que sufren las empresas españolas y que es "pa mear y no echar gota".

Deberíamos hacer un Telemaratón o algo similar para parar esta situación en la que estamos sumiendo a las empresas de nuestro propio país.

Por ejemplo, las constructoras e inmobiliarias. ¿Por qué tienen que sufrir ellos, abanderados de la honestidad y la honradez, que los consumidores, de repente hayamos decidido no comprar los pisos que tan humildemente se nos ofrecen sólo porque cuestan más de lo que podemos pagar o porque nos quedemos en el paro? Excusas. No tenemos derecho a hacerle esto a tan insignes empresarios. Por favor, ¡una colecta ya! ¿Tienen ellos la culpa de que las viviendas tengan el precio que tienen? ¿Y de que existan más viviendas que personas, incluso aunque consideremos personas a los animales de compañía? No. Evidentemente, no. ¿Que de quien es la culpa? No sé. Mía no. Será del gobierno, o de las petroleras, o del Vaticano, o del Imperio Austro-húngaro. De alguien será, pero no suya.

También están las energéticas, claro. Esas abnegadas empresas que sólo miran por el bien común y que no dejan de vendernos la energía a precios inferiores a los costes. A ver, ¿qué culpa tienen ellas de tener una beneficios de miles de millones de euros cada año? ¿Por qué tenemos que abusar de ellos con nuestra manía de pagar la energía a precios razonables? Mirémonos el ombligo y dejemos de echar piedras a su tejado. ¿Tienen ellas la culpa de estar en una situación tan precaria que el estado haya tenido que darles estas ayudas, o estas, o estas, o estas otras? Pensadlo bien. Este negocio sólo genera miles de millones de euros anuales y, sin embargo, estos comprometidos empresarios continúan ahí, al pie del cañón, alimentándose únicamente a base de pan duro mojado en agua fría, trabajando sobre unas defectuosas estructuras pagadas por los impuestos de todos los españoles cuando podrían emplear su tiempo en montar negocios rentables. Y nosotros nos quejamos de que nos suban la tarifa eléctrica un 11% en un año. ¡Por favor! Seamos responsables y apretémonos el cinturón, no sea que a alguno de estos loables empresarios se les ocurra irse a su puta casa y nos deje con el culo al aire.

¿Y los bancos? Los bancos todavía no han dicho nada, que yo sepa. Pero estarán ahí, a la cola. Al fin y al cabo ellos no tienen la culpa de que les prestemos nuestro dinero para que lo empleen en inversiones multimillonarias de alto riesgo, cobrándonos a cambio unas míseras comisiones y proporcionandonos un beneficio cero. Así que lo suyo es que cuando se arruinen se compensen sus pérdidas con nuestros impuestos. ¿No?


¿Tienes algo que aportar a la "supervivencia" de las bienamadas empresas españolas? No dejes de hacer tu aportación. Comenta.


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1 comentario:

Jorge Izquierdo dijo...

Pues se te ha olvidado también meter a las copañías de telefonía móvil que ahora están pensando no sólo cobrar al que hace llamadas sino también al que las recibe...

Saludetes

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