Hace unos días Eidanboy iba a coger un avión a China pero lo perdió. La causa fue que no podía encontrar las llaves de su casa que, por alguna incomprensible razón, había dejado en la nevera. Podéis leer la historia entera aquí.
El caso es que esta historia me ha llevado a hacer memoria sobre algunos de mis despistes.
El sábado, sin ir más lejos estaba intentando llegar al Carrefour de Rivas-Vaciamadrid y al salir de la rotonda de Santa Eugenia cogí la A-3 en dirección Madrid en lugar de hacerlo en dirección Valencia. Afortunadamente, hay una salida poco más adelante. Salí, y en la rotonda, con la inteligencia que me caracteriza, volví a tomar la A-3 en dirección Madrid.
Personalmente, este tipo de despistes nunca me ha preocupado demasiado, aunque bien es cierto que nunca me han hecho perder un avión a China. El hecho de sacar el abono transportes para abrir la puerta de mi casa o las llaves para entrar en el metro o guardar una cazuela en el cubo de la basura nunca me ha parecido preocupante. Al fin y al cabo, el que es tonto es tonto. ¿Qué le vamos a hacer?
Sin embargo, a Waychi le parece preocupante que yo no sea capaz de ver una botella de dos litros de agua encima de la mesa cuando ella me ha indicado previamente que dicha botella está encima de la mesa y yo, tras mirar fijamente a la mesa durante 15 segundos, insisto en que la botella no esta ahí. Naturalmente, cuando ella va a comprobarlo, la botella sí está encima de la mesa. Y es que hay botellas muy listas. Y muy hijas de puta, también.
La curiosidad me ha podido y he estado investigando un poquito. Al parecer el fenómeno se denomina "lapsus mentis" y es bastante común, incluso entre personas sanas. Por lo que he podido ver, (Eidan, quizás esto te consuele) lo normal es tener unos treinta "lapsus mentis" semanales.
En estos olvidos no influyen ni la edad ni el género y, en general, lo más habitual es tenerlos en días de trabajo entre el mediodía y las ocho de la tarde, dato este que, por otro lado, no sé a quién coño puede interesarle.
Por lo que he entendido, el problema de "ir a por un cuchillo y volver con una botella de agua" (yo he llegado a tener que intentarlo tres veces hasta lograr volver con el cuchillo) es bastante común y se debe, simplemente a una falta de atención en lo que se está haciendo, bien sea por estrés, por tratar realizar múltiples tareas simultáneamente o por falta de concentración al realizar las tareas rutinarias.
Resumiendo, si te han pasado o te pasan este tipo de cosas de vez en cuando no te preocupes. Pero, por favor, no dejes de deleitarnos con tu relato y escríbelo en un comentario.
El caso es que esta historia me ha llevado a hacer memoria sobre algunos de mis despistes.
El sábado, sin ir más lejos estaba intentando llegar al Carrefour de Rivas-Vaciamadrid y al salir de la rotonda de Santa Eugenia cogí la A-3 en dirección Madrid en lugar de hacerlo en dirección Valencia. Afortunadamente, hay una salida poco más adelante. Salí, y en la rotonda, con la inteligencia que me caracteriza, volví a tomar la A-3 en dirección Madrid.
Personalmente, este tipo de despistes nunca me ha preocupado demasiado, aunque bien es cierto que nunca me han hecho perder un avión a China. El hecho de sacar el abono transportes para abrir la puerta de mi casa o las llaves para entrar en el metro o guardar una cazuela en el cubo de la basura nunca me ha parecido preocupante. Al fin y al cabo, el que es tonto es tonto. ¿Qué le vamos a hacer?
Sin embargo, a Waychi le parece preocupante que yo no sea capaz de ver una botella de dos litros de agua encima de la mesa cuando ella me ha indicado previamente que dicha botella está encima de la mesa y yo, tras mirar fijamente a la mesa durante 15 segundos, insisto en que la botella no esta ahí. Naturalmente, cuando ella va a comprobarlo, la botella sí está encima de la mesa. Y es que hay botellas muy listas. Y muy hijas de puta, también.
La curiosidad me ha podido y he estado investigando un poquito. Al parecer el fenómeno se denomina "lapsus mentis" y es bastante común, incluso entre personas sanas. Por lo que he podido ver, (Eidan, quizás esto te consuele) lo normal es tener unos treinta "lapsus mentis" semanales.
En estos olvidos no influyen ni la edad ni el género y, en general, lo más habitual es tenerlos en días de trabajo entre el mediodía y las ocho de la tarde, dato este que, por otro lado, no sé a quién coño puede interesarle.
Por lo que he entendido, el problema de "ir a por un cuchillo y volver con una botella de agua" (yo he llegado a tener que intentarlo tres veces hasta lograr volver con el cuchillo) es bastante común y se debe, simplemente a una falta de atención en lo que se está haciendo, bien sea por estrés, por tratar realizar múltiples tareas simultáneamente o por falta de concentración al realizar las tareas rutinarias.
Resumiendo, si te han pasado o te pasan este tipo de cosas de vez en cuando no te preocupes. Pero, por favor, no dejes de deleitarnos con tu relato y escríbelo en un comentario.
3 comentarios:
No es por hacer propaganda de mi blog (bueno, sí que lo es, para qué negarlo), pero, si miras la etiqueta "anécdotas", verás unos cuantos... miles.
los lapsus esos seguro que os dan mas a los tios porque no podeis pensar en dos cosas a la vez
Lo cual nos incapacita intelectualmente porque siempre tenemos una cosa en la cabeza...
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